sábado, 2 de febrero de 2008

Los prodigios y el ejército en la antigüedad romana

Introducción
La antigua religión de Roma es heredera, en parte, de la tradición, lo que se manifiesta en el culto de los dioses, en la veneración del fuego sagrado (Vesta), en el culto de las aves y en la repugnancia por los sacrificios humanos. También fue cogiendo y asimilando desde los comienzos elementos de las religiones de los otros pueblos itálicos.
La religión de los antiguos romanos era fundamentalmente rural, lo que se refleja en el carácter agrícola de sus divinidades más genuinas. Polibio decía que los romanos eran más religiosos que los propios dioses, ya que llevaron el sentimiento religioso a gran altura. Sin embargo, mientras la religión griega era más libre y autónoma, la romana estaba más supeditada al Estado y a la política, injertándose las ceremonias del culto en las del Estado, compenetrándose la legislación religiosa con la civil y política. La religión romana estuvo, además, abierta a influencias extrañas (etruscos, griegos, orientales, y por fin el cristianismo, contra el que luchó con fuerza porque demolía el paganismo en todos sus aspectos).
La religión romana tenía elementos naturalistas basados en la vida agrícola. En una época primitiva hubo divinidades veneradas bajo forma animal, que se mantuvieron posteriormente. Se admitían varias divinidades protectoras de los lugares: los Lares, «señores». En general los antiguos habían dividido la tierra circundante, la única que les importaba especialmente, en dos grandes zonas: la que les era familiar, y la que no sentían como prolongación de sus hogares. Había dioses que representaban a las fuerzas de la naturaleza, llamados númenes a quienes se les rendía culto en los campos, cuevas y bosques.
El centro de la vida religiosa familiar era el hogar, y los sacrificios que en él se hacían eran ocultos, sin que ningún ojo profano pudiera verlos. En torno al hogar, verdadero altar familiar. Esta familia antigua se mantenía unida, más que por vínculos de amor, por la religio foci, o religión de la casa y de los antepasados. El hogar era receptáculo habitual de los componentes de la familia.
Lares y Penates se designaban colectivamente, con lo cual los dos grupos aparecen, en consecuencia, confundidos. De los etruscos (v.) aprendieron los romanos la compleja ciencia de la interpretación de los indicios del porvenir elaborando un ritual sistemático y una teología que fueron conservados en libros de autores un tanto míticos. El culto tenía dos vertientes, una pública y otra privada. El acto esencial del culto público, el sacrificio, se hacía con formas prerromanas; salvo en algunos rituales aberrantes, las víctimas usuales eran bóvidos, ovinos y porcinos, como lo demuestran los suovetaurilia; y los caballos en los Idus de octubre. La división de los días se hacía en dos grupos: días fastos (en que los pretores debían dedicarse a administrar justicia), y nefastos (en los que ningún juicio debía realizarse); por otra parte se distinguían los días festi, reservados a los dioses, y profesti, destinados a los negocios públicos y privados. Dentro de los dioses familiares estaban los lares o dioses del hogar que lo custodiaban y estaban siempre en él. Cuando la mujer, extraña a la familia se incorporaba, por justas nupcias, y antes de realizar el ritual de tomar los dioses del marido ante el fuego sagrado, el reciente esposo la cargaba en sus brazos para atravesar el umbral, para que los dioses que allí moraban no se enojaran, ya que ella aún conservaba sus propios dioses familiares. Las habitaciones de la casa daban a un patio, llamado atrio, donde en una capilla se les rendía homenaje. El fuego sagrado, siempre encendido, era símbolo de devoción y respeto. A cargo de la religión familiar se hallaba el paterfamilias.
Los penates, representados por dos jóvenes que sostenían el cuerno de la abundancia, protegían las pertenencias materiales de los miembros del grupo familiar.
Los manes eran los antepasados muertos, a quienes cada familia ofrecía rituales particulares.
Una de las consideraciones más importantes para comprender al hombre y su comportamiento en la Antigüedad es el temor a los dioses, el miedo a los dioses. A los dioses hay que honrarlos, hay que establecer la Pax Deum, cumplir con los rituales religiosos para recibir la paz de los dioses. En la antigüedad no hay moral como la podemos entender hoy en día , sin embargo, la costumbre de la ritualidad con los dioses es un principio fundamental. En el mundo pagano no se exige nada más.
Partamos de un principio básico para comprender este tipo de actitudes “toda persona cuando fallece se convierte en una divinidad” (manes), todos somos dioses después de muertos. El lugar donde cohabitan es el inferno, en el subsuelo. Si los ritos funerarios no eran celebrados correctamente el difunto vagaría perdido durante mil años a las orillas del Estigia.
Pero no todo era tan fácil, existían condiciones para que la persona muerta no llegara al inferno o infierno, permaneciendo como un lemur en el mundo de los vivos, estas ean o cuando no se había cumplido con los dioses, o porque había muerto antes de la fecha fijada por las parcas, o por haber muerto de forma violenta. Todo esto era motivo suficiente para no descansar en paz.
Si todo lo referido es el ámbito de la vida cotidianaza del ciudadano romano, todo ello se puede trasladar al ámbito militar, a la guerra. Además de luchar y conseguir la victoria, implicaba un acto más universal, como era cumplir con los muertos, enterrar a los caidos y cumplir con los rituales para que los espíritus malignos nos dejen en paz.
Tres eran las instituciones que hacían relacionarse la ritualidad religiosa con el ejercio de las armas: el trofeo, tropaeu; el triunfo y los prodigios.
El romano era arrogante y presuntuoso cuando se trataba de entrar en contacto con otras culturas y tremendamente agresivo cuando se sentía amenazado por algo nuevo y desconocido. Acostumbrados a una vida ruda, rodeados por todas partes de enemigos superiores en cultura, medios y soldados los romanos se volcaron en construir una religión que les sirviera a ellos en lugar de servir ellos a la religión.

¿Cómo conseguir el favor de los dioses?
Con ofrendas o sacrificios. . Para ello, los romanos tan propensos a legislarlo absolutamente todo, no solamente legislaron cuál sería su forma de participación religiosa individual o colectiva, sino también la forma en la que los hombres y susu dioses se unirían en un destino común.

El trofeo
Con el despojo de los vencidos se construye un monumento en el lugar de la victoria. En su forma primitiva colgaban parte de los pertrechos del enemigo en las ramas de los árboles. Luego se levanta aron un monumento, cuyo objetivo era doble. Por una parte señalar el lugar de la victoria y por otra, que va tomando cada vez más fuerza, era para neutralizar a los espíritus malignos, fijarlos en un lugar y evitar así que persigan en el futuro al ejército vencedor. Normalmente el círculo juega un papel muy frecuente en la defensa de una zona sagrada.

El triunfo
El honor más grande que se puede dar a un general, era el de igualarlo en vida a Júpiter victorioso. Si en una batalla caían al menos cinco mil enemigos y se obtenía una victoria abrumadora el senado decretaba el Gran Triunfo. Éste se celebraba con un desfile multitudinario por las calles de Roma liderado por magistrados y senadores. A continuación iban los cornetas, el botín, los prisioneros, el general triunfador, con una corona de laurel, y sus tropas cerrando el desfile.
Antes tenía que purificarse en el Campo de Marte, lustrarse de la sangre de sus enemigos y no contaminar el recinto sagrado de la ciudad con los espíritus malignos.
En el siglo II a.C. el general tenía que haber sido aclamado imperator por sus tropas para poder solicitar el triunfo al Senado, que era la institución que podía concederlo. El espectáculo consistía en un desfile militar que recorría un itinerario previsto que comenzaba en el Campo de Marte. Para entrar en la ciudad pasaba por una puerta especial de las murallas llamada Porta Triumphalis; de allí al Velabrum, Foro Boarium y Circo Máximo, desde donde se dirigía al monte Capitolino a través de la Vía Sacra del Foro Romano. El cortejo se detenía al pie de la escalinata del templo de Júpiter Optimus Maximus. El general iba acompañado de sus lictores y con ellos entraba en dicho templo para ofrecer al dios sus laureles de victoria. A continuación se celebraba una gran fiesta costeada por el protagonista que solía ser bastante generoso, en la que participaba todo el pueblo. Los requisitos cambiaron lógicamente con el tiempo. En la época republicana era necesario:
1. Ganar una victoria significativa contra un enemigo extranjero, matando al menos a 5.000 enemigos.
2. Ser un magistrado electo con imperium (como un cónsul o un pretor).
3. Traer a las tropas a casa, simbolizando con ello el fin de la guerra y de la necesidad del ejército (esto fue aplicable hasta la profesionalización del ejército romano). Más adelante el triunfo se celebraba con un pequeña cantidad simbólica de tropas.
4. La aprobación del Senado.

Más adelante, en la época del Imperio, el triunfo era algo reservado al emperador y a su familia. Se entendía que todos los triunfos eran del emperador, dado que los generales actuaban a sus órdenes.

Los prodigios
¿Qué son los prodigios?, R. Bloch en su estudio sobre los prodigios de la Antigüedad clásica ha señalado que el prodigio es un fenómeno inmanente de psicología religiosa y social. Para el hombre primitivo todo fenómeno antinatural implica una trasgresión del orden cósmico, rompe la paz con los dioses y exige un ritual sagrado de reparación para volver al curso normal de la vida". Por tanto todos los acontecimientos sobrenaturales y no tantos, ocurridos en distintas épocas de la humanidad eran tomados como presagios enviados por la "divinidad", para enmendar un error humano, presagiar una derrota o una victoria en el campo de batalla, erigir o derrocar a un rey, etc. Naturalmente estos prodigios eran interpretados por la casta sacerdotal, o por los más altos escalafones del poder reinante, que sabían "exactamente" que hacer ante tales eventos. En su "Liber Prodigiorum" Julio Obsecuente, hace una exhaustiva antología de toda clase de extraños fenómenos registrados desde el año 737 antes de Cristo al 25 a.C.; lluvias de piedras, sangre, leche y carne, voces extrañas que vaticinan acontecimientos, misteriosas tormentas eléctricas que destruyen selectivamente templos, murallas y estatuas, animales que hablan, estatuas que emanan sangren, animales y objetos que arden y no se consumen, ríos de sangre, estatuas que lloran, nacimiento de animales monstruosos y por supuesto, no podían faltar, extraños fenómenos celestes. Para hacernos una idea de la importancia que estso tenían en la vida cotidiana de los romanos, reproducimos un fragmento de la tradución de la obra de:
Silio Italico, Las Guerras Púnicas, Libro V, 55-75.

Como anexo a lo explicado y como complemento ciertosaspectos del: CALENDARIO ROMANO Y PRINCIPALES FECHAS RELIGIOSAS (datos de Tito Livio, Ovidio y Propercio).

1 enero: - instauración del calendario juliano (a. 44 a.c.)

9 enero: - agonal de Jano, sacrificio de un carnero

11 enero: - primeras carmentales, en honor de Carmenta y Juturna, sacrificio incruento, por ser Carmenta diosa de los nacimientos.

15 enero: - segundas carmentales, en honor de Carmenta, Antevorta y Posvorta: se conmemora la huelga de matronas romanas, negándose a tener hijos por no permitírseles ir en carro.

2 febrero: - fiesta de amburbio, ceremonia expiatoria en que las víctimas, antes de ser sacrificadas, eran llevadas en procesión por toda la ciudad, para purificarse. También se purificaban las armas y animales para la guerra que comenzaría en marzo.

13 febrero: - fiestas parentales, en honor de los difuntos, prolongadas hasta el día 21; festividad de carácter funesto, en la que se suspendían los matrimonios y se cerraban los templos.
- primeras fiestas faunales, en honor de Fauno, al que se ofrecía un sacrificio en la isla tiberina

15 febrero: - lupercales: fiestas en honor de Fauno; sacrificio de una cabra en la cueva del Lupercal; los sacerdotes, manchados de sangre corrían hacia el palatino golpeando a todo el que quisiera recibir el don de la fecundidad.

17 febrero: - fiestas quirinales, en honor de Quirino.
- fiesta de los tontos; último día de las fiestas fornacales, en honor de Fórnax, diosa de los hornos.

21 febrero: - fiestas ferales, en honor de los difuntos, con ellas se cerraban las fiestas parentales; en esta fiesta una hechicera vieja ofrecía a Tácita, diosa del silencio, un sacrificio de connotaciones mágicas.

22 febrero: - fiestas caristes, para agradecer a los dioses el seguir vivo.

23 febrero: - fiestas terminales, en honor de Término. dios de las lindes y los mojones que eran rociados con sangre de cordero o de cochinillo, para que los límites se mantuvieran inalterados.

24 febrero: - regifugio, para conmemorar la expulsión de Tarquinio el Soberbio y la instauración de la República.

27 febrero: primeras equirres, en honor de Marte; se celebraba una carrera de caballos en el campo de Marte.

1 marzo: - matronales, en honor de Juno Lucina, en las que las matronas romanas eran especialmente honradas, recordando el día en que las sabinas pusieron paz entre romanos y sabinos.

5 marzo: - navío de Isis, en la que los sacerdotes y fieles iban en procesión al puerto, con una urna con agua del Nilo, la depositaban en una barca, que rociaban con leche y abandonaban a las olas del mar.

14 marzo: - segundas equirres.
- mamurrales, en honor de Marte, en las que se representaba la expulsión de Mamurrio Veturio, considerado el demonio de invierno, representado por un anciano vestido con pieles de animales y al que se arrojaba de Roma golpeándole con varitas blancas.

15 marzo: - festividad de Ana Perena, donde la multitud, a orillas del Tíber bebía, pidiendo a los dioses tantos a½os de vida como vasos de vino pudieran acabar estando en pie. Se acompañaban de canciones procaces.
- fiesta de Atis, hasta el día 27; durante estos días se rememoraba la vida, emasculación, muerte y resurrección del dios.

16 marzo: - argea, ceremonia religiosa en que el pueblo recorría, durante este día y el siguiente, las 27 capillas edificadas por Numa.

17 marzo: - fiestas liberales, en honor de Líber, en que las ancianas iban por la calle vendiendo pastelillos, y los jóvenes mayores de edad tomaban la toga viril.
- agonal de Marte, con sacrificio de un carnero.

19 marzo: - armilustrium, purificación de las armas.
- quinquatrus, fiesta de escolares y artesanos, en honor de Minerva. hasta el 23; en ella se intercambiaban regalos en la familia, se hacían combates de gladiadores y se distribuía dinero y trigo a los ciudadanos.

22 marzo: - fiestas violares, en que se llevaban violetas a los difuntos.

23 marzo: - tubilustrio, último día de las quinquatrus, en que se purificaban las trompetas de guerra.

1 abril: - fiestas de Venus Verticordia y de la Fortuna Viril, donde las mujeres hacían ritos mágicos para asegurarse el favor de ambas diosas.

4 abril: - fiestas megalenses, en honor de Cibeles, con procesiones del carro de la diosa tirado por leones; se hacían invitaciones entre patricios y plebeyos. Acababan con procesión de todos los dioses en torno al circo máximo, el día 10.

12 abril: - llegada a Roma de la diosa Cibeles (a. 204 a. c.), representada por una piedra de betilo llegada de Frigia, para ayudar a los romanos a vencer a Aníbal.
- fiestas ceriales, hasta el día 19, donde se agradecía a Cibeles la invención de la agricultura, y se celebraba el regreso de Prosérpina junto a su madre.

15 abril: - fiestas fordiciales, en que se sacrificaban treinta vacas preñadas, para dar fertilidad a los campos, desde tiempos de Numa.

21 abril: - fiestas palilia, en honor de la diosa Pales, en las que se encendían tres filas de hogueras y los pastores saltaban sobre ellas.

23 abril: fiestas vinales, en honor de Júpiter, instauradas por Eneas, cuando venció a Turno.

25 abril: - robigales, en honor de Robigo, dios-diosa de los cereales; se hacía procesión hasta el bosque, y se pedía que la royuela del cereal pasase a las armas.

28 abril: - primeras vestales, en honor de Vesta, fiesta de los panaderos y molineros, donde participaban los asnos y las piedras de molino.
- fiestas florales, en honor de Flora, fiesta de las meretrices, hasta el 3 de mayo. Debían vestirse con ropas de muchos colores e iluminar las calles por la noche.

1 mayo: - fiesta de los Lares Praestites, guardianes de las murallas de Roma.

9 mayo: - lemures, se celebraban los días 9, 11 y 13 para conjurar las almas de los muertos; el pater familias arrojaba a media noche unas habas negras a su espalda, y golpeaba un objeto de bronce.

14 mayo: - argoi, donde se arrojaban maniquíes por el puente Sublicio, para alejar a los malos espíritus.

17 mayo: - primer día de las fiestas de la Dea Dia, fiestas agrarias, a cargo de los Arvales, se hacían los días 17, 19 y 20, para celebrar las primeras cosechas, se celebraba con un banquete.

19 mayo: - segundo día de Dea Dia, en que se sacrificaban dos lechones y una vaca por la mañana y una cordera por la tarde. Se cenaba con vegetales, se cantaba y bailaba el tripudium, y se elegía el magister para el año siguiente.

20 mayo: - tercer día de Dea Dia.

21 mayo: - agonal de Veyovis: - sacrificio de un carnero, para pedir protección contra las epidemias.

23 mayo: - tubilustrium, purificación de trompetas en honor de Vulcano, artesano.
- fiesta de rosales, en honor de los difuntos, en que se depositaban rosas en las tumbas.

29 mayo: - ambarvales: purificación de los campos, con suovetaurilia en honor de Marte.

31 mayo: - juegos seculares de Augusto (a. 17 a c.). Carnares: calendas de las habas;, en honor de Carna, diosa de la buena digestión; se le ofrecía puré de habas y tocino.

9 junio: - segundas vestales.

11 junio: - matrales, en honor de Mater Matuta, en que las matronas que sólo se habían casado una vez entraban en el templo con una esclava y la expulsaban a golpes; pedían a la diosa por sus sobrinos a los que llevaban en brazos.

13 junio: quinquatrus menores, en honor de Minerva, hasta el día 15, con procesiones de flautistas que recorrían la ciudad borrachos.

25 junio: juegos taurios, que duraban dos días, consistentes en una cacería de toros y una carrera de caballos en el circo Flaminio; se celebraban cada cinco años, en honor de los dioses infernales.

5 julio: - poplifuges, en honor de Júpiter.
- juegos apolinares, hasta el día 12, instaurados en el 212 a. c., con espectáculos circenses, teatrales, banquetes al aires libre, sacrificios a Apolo y a Latona, su madre, y súplicas de las matronas.

7 julio:- nonas caprotinas, en honor de Juno Caprotina, fiesta de las esclavas, para conmemorar que habían salvado a los romanos de los fidenates.

19 julio: - lucares, fiesta de los bosques sagrados

21 julio: - segundo día de fiesta de los lucares.

23 julio: - neptunales; en honor de Neptuno, para conjurar la sequía.

25 julio: - furrinales, en honor de Furrina.

12 agosto: - sacrificio a Hércules en el ara Maxima, por haber librado a Roma de Caco; se sacrificaba un toro con ritual griego.

13 agosto: - vertumnales, en honor de Vertumno, dios del cambio de las estaciones, protector de los huertos y patrón de los comerciantes.

17 agosto: - portunales y tiberinales: - dioses que se confundían entre sí.

19 agosto: - fiestas vinales, para que Júpiter protegiera las viñas de las tormentas de verano.

21 agosto: - consuales, en honor de Conso, dios de los silos, con carreras de caballos.

23 agosto: - vulcanales, en honor de Vulcano, para que protegiera de incendios a las cosechas, y en honor de la diosa acuática Juturna, para que ayudara contra el fuego. Todo el mundo debía colgar sus vestidos al sol.

24 agosto: - fiestas del "mundus patet" en que se abría el mundo a los infiernos.

25 agosto: - opiconsives, en honor de Ops Consiva, diosa de la abundancia agrícola y de los recién nacidos.

27 agosto: - volturnales, en honor de Volturno dios fluvial.

4 septiembre: - juegos romanos, hasta el día 19, en honor de Júpiter Óptimo Máximo con procesión desde el Capitolio, a través del Foro hasta el Circo Máximo.

13 septiembre: - banquete de Júpiter, ofrecido al dios durante los juegos romanos.

17 septiembre: - apoteosis de Augusto, hecho dios en el año 14.

1 octubre: - fiesta de Fides, en la que se ofrecía un sacrificio a la diosa con la mano derecha envuelta en un pañuelo blanco.

4 octubre: - ayuno de Ceres, cada cinco años.

5 octubre: - día de "mundus patet"

11 octubre: - meditrinales, en honor de Júpiter y Meditrina, diosa de las viñas que curan enfermedades, en las que se bebía con la fórmula " bebo vino antiguo y nuevo para curar enfermedades antiguas y nuevas".

13 octubre: - fontinales, fiesta de Fons, dios de las fuentes. Este día se arrojaban flores a las fuentes y se coronaban con guirnaldas los brocales de los pozos.

15 octubre: - juegos capitolinos en honor de Júpiter Ferentino.
- caballo de octubre, ceremonia de fecundidad y guerra, donde se sacrificaba el caballo derecho del carro que hubiera vencido en la carrera en el Campo de Marte, se le cortaba la cola y se le llevaba corriendo hasta la regia para que cayeran allí algunas gotas de sangre; con sus cenizas fabricaban las vestales el suffimen, para purificar.

18 octubre: - fiestas juvenales, en honor de Juventas, diosa de la juventud.

19 octubre: - armilustrium: purificación de trompetas al cerrarse la campaña de guerra del año.

26 octubre: - hallazgo de Osiris, muerto por Seth, dios del mal.

4 noviembre: - juegos plebeyos, en honor de Júpiter, hasta el día 17.

8 noviembre: - tercer día de "mundus patet".

13 noviembre: - banquete de Júpiter, en los juegos plebeyos.

5 diciembre: - segundas faunales, en honor de Fauno, dios de los rebaños.

11 diciembre: - septimontio, para celebrar la unión de los siete pueblos latinos: Palatino, Velia, Fagutal, Cermalo, Celio, Opio y Cispio.
- agonal del sol, al que se sacrificaba un carnero.

15 diciembre: - consuales, con carreras de carros tirados por mulos.

17 diciembre: - saturnales, hasta el día 23, en que se liberaba la estatua del dios de la cinta de lana que llevaba todo el a½o, para que no se fuera de Roma. Este día se suspendían las sesiones del senado, se cerraban los tribunales, se daba vacaciones a los niños, se aplazaban las ejecuciones, se liberaba a los prisioneros, había sorteos de lotería, y juegos de azar, se enviaban regalos y se invertían los puestos sociales, vistiendo los esclavos las ropas de sus amos, mientras éstos servían la mesa y eran criticados por aquéllos.

21 diciembre: - angeronales o divales, en honor de Angerona, diosa de la naturaleza oscura.

25 diciembre: - fiesta del dios Sol invicto, culto al sol y nacimiento del dios persa Mitra.


Historia del calendario
La palabra calendario viene de la palabra latina Kalendas que designaba el primer día de cada mes romano.
Las primeras mediciones del tiempo se hicieron observando el cambio de las fases lunares o lunación, cuya duración es de 29,5306 días, mes lunar o sinódico y el año lunar que consta de 12 lunas (añadiendo a veces otro mes lunar, por tanto entre 12 y 13 lunas).
En estos primitivos calendarios los cálculos se realizaban contando el número de días faltantes o lunas llenas esperados para un evento determinado.
El calendario actual se basa en el ciclo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta alrededor del Sol.
El calendario solar presenta varias ventajas siendo la principal que el camino alrededor del sol marca también las estaciones las cuales son de suma importancia para la planeación de las siembras, preparación para los cambio de clima, etc.
Siguiendo este esquema tenemos tres tipos de años según el punto de referencia con el que trabajemos.

- Año sideral. Corresponde al lapso de tiempo en que la Tierra orbita al Sol tomando como punto inicial un punto fijo o una estrella hasta retornar a ella. El valor calculado en la actualidad es de 365,2564 días.

- Año Tropical. Es el tiempo que toma la Tierra para hacer dos pasos sucesivos, por cualquiera de los equinoccios. Es el tiempo que se toma como referencia del calendario actual y tienen un valor calculado para el año dos mil de 365,2422 días. Este valor es un promedio de los valores tomados independiente para cada equinoccio. Este año es el que se toma como base para el cálculo del año solar o calendario.

- Año Anomalístico. Tiempo que le toma a la Tierra en pasar dos veces consecutivas por el perihelio.

Los Babilonios diseñaron un calendario luni-solar que constaba de siete años de 13 meses lunares y doce años de 12 meses lunares.
Esta combinación hace coincidir en una fecha y al empezar cada ciclo, el calendario solar y el lunar.
A este método se le llamo Ciclo Metónico en honor a Meton (siglo V a.C.) quien lo perfeccionó insertando un mes adicional a los doce lunares.
Este calendario tiene un error de algo mas de dos horas en 19 años con respecto al tropical.
Egipto fue la primera civilización en tomar el calendario solar como patrón hace casi 6000 años. El Nilo era el responsable del comercio, la agricultura y la continuidad de Egipto. Sus astrónomos se dieron cuenta que Sirio (Can Mayor), la estrella mas brillante en nuestro firmamento y llamada la estrella perro, ascendida en el amanecer cuando el gran río empezaba a inundar sus tierras. La celebración del nuevo año acontecía cuando Sirio se colocaba sobre la punta de un obelisco al mirársele desde el suelo.
En Stonehenge (2000 a.C.) se alinearon piedras con las cuales se podía saber cuando ocurrirían el solsticio de verano y algunos autores sostienen que se puede calcular la época para la cual se tendrá un eclipse de sol o de luna.
Otros pueblos idearon otros calendarios anuales. Por ejemplo los Mayas desarrollaron tres calendarios distintos:
- Uno de 365 con 18 meses de 20 días adicionando 5 los cuales eran considerados de mala suerte.
- Un año sagrado de 260 días inventado por los Zapotecas hacia el año 1000 a.C. que se usaba para planear la guerra, ofrecer sacrificios a los dioses y adivinar el futuro y estaba relacionado con los ciclos de Venus.
- Los dos anteriores se unían en otro llamado el calendario cerrado o redondo que se cumplía con ciclo de 52 años. La terminación de este ciclo se esperaba con bastante temor pues podía suceder que el Sol no volviera a salir.

En el año 130 a.C. el astrónomo nacido en Nicea Hipparco (siglo II a.C.) ) había descubierto la presesión de los equinoccios, o sea el adelantamiento que tiene el punto vernal o Aries durante cada año en 50 segundos (debido al movimiento de “cabeceo” de la tierra).
También midió la duración del año utilizando los solsticios, y obtuvo un tiempo de 365 días, 5 horas y 55 minutos o 365,2465 días, apenas 6 minutos diferente del actual.
El primer calendario usado por los romanos era estrictamente un calendario lunar por lo que no correspondía con las estaciones. Este cómputo de tiempo era el Calendario de Rómulo y se cree que se remontaba al 753 a.C. De los pocos datos que nos han llegado hasta la actualidad, sabemos que el año se iniciaba con el equinoccio de primavera y tenía 10 meses cuya duración alternaba 30 y 31 días.
Estos meses no encajan con ningún ciclo astronómico ni siquiera de manera aproximada.


Meses del primer calendario Romano (753 a.C.)
Siglos después el segundo rey romano Numa Pompilio ( 715 a.C.- 672 a.C.), basándose en el calendario griego, modifico el sistema creando un periodo de 354 ó 355 días (12 lunaciones). Se añadieron dos meses más al final: Enero «Ianuarius» (dedicado a Jano) y febrero «Februarius» (de «februare», purificar, dedicado a Plutón). Cada uno se componía de 28 días, aunque posteriormente se añadió un día más a enero.

Meses del calendario romano modificación de Numa Pompilio (hacia 700 a.C.).
Para hacer coincidir los meses con las estaciones se incluyó un mes de 22 o 23 días cada dos años. Sin embargo a pesar de la aproximación de esta calendario al ciclo estacional recibió durante años muchas modificaciones.

Las múltiples revisiones sobre todo realizadas por la religión para hacer coincidir sus fechas llevaron a que este calendario en el año 46 a.C. tuviera un desfase con respecto a las estaciones de casi tres meses. En el año 48 a.C. Julio Cesar (100 a.C.-44 a.C.) llegó a Egipto persiguiendo a Pompeyo donde después de vencerlo, conoció a la reina de Egipto Cleopatra VII (69 a.C.-30 a.C.).
Cesar fue invitado a una de las celebraciones del nuevo año en Alejandría y a través de Cleopatra VII conoció la manera cómo se había establecido el calendario egipcio y su duración.

Julio Cesar (100 a.C.-44 a.C.) Octavio Augusto (63 a.C.-14 a.C.)
Cesar como militar, era una persona pragmática y había observado que el calendario romano, que era basado en la luna, tenia bastantes desviaciones con respecto a la celebración de las estaciones. La celebración del equinoccio de primavera no coincidía con la iniciación de esta estación y los sacerdotes para que coincidieran agregaban quitaban días.

Meses del calendario Juliano (45 a.C.)
En el año 47 a.C. Cesar vuelve a Roma llevando al astrónomo griego Sosígenes de Alejandría (siglo I a.C.) quien sería quien implementa los cambios al calendario.
Se estableció la duración del año en 365.25 días, se colocaron dos meses antes de Marzo, para que el año empezara el primero de Enero día del primer plenilunio después del solsticio de invierno y colocó al 25 de Marzo como la fecha del equinoccio de primavera.
Se incluyó insertando un día mas en febrero cada cuatro años (bis sextus dies ante calendas Martii: el sexto día antes de las calendas de marzo), convirtiendo en bisiestos (bisextiles) todos los años cuyo número es divisible por cuatro, se eliminó por completo la idea de hacer coincidir los meses con las lunaciones cambiándolos para que siguieran los cambios de estación.
El primero de enero del año 45 a.C. comenzó la corrección del calendario romano, pero para que la fecha del equinoccio cayera el 25 de marzo, el año 46 a.C. tuvo que ser alargado y llego a tener mas de 400 días a este se le llamo el año de la confusión.
Julio Cesar fue asesinado el año 44 a.C. y la aplicación de las anteriores normas no fueron completas ya que los sacerdotes empezaron a agregar el día adicional cada tres años. El error siguió hasta el año 8 a.C. en el que el emperador de Roma, Cayo Julio Cesar Octavio Augusto (63 a.C.-14 d.C.), hizo corregirlo.
Como recuerdo a las reformas hechas el senado cambio los nombres de los meses de Quíntilis por el de Julio y el de Séxtilis por Agosto, pero como este no podía ser menos que Julio se le quito un día a febrero, que quedo con 28 y se le paso a Agosto que finalmente quedo con 31.

Meses calendario romano modificación Augusto (5 a.C.)
En el año 532 el escritor eclesiástico Dionisio el Exiguo (finales siglo IV-540 d.C.), desarrolló una fórmula para el cálculo exacto de la Pascua, basado en el ciclo Metónico.
Además inventó lo que hoy conocemos como “Anno Domini” o era del Señor. Dionisio definió la fecha de nacimiento de Jesús en el año 1 d.C. Para las fechas anteriores se les designó con el signo negativo o con las palabras antes de Cristo (a.C.).
En esa época el concepto del cero no se había inventado, así pues que el año cero no existe para nuestras cuentas. De esta manera se cambio la fecha de inicio del calendario de la fundación de Roma por el nacimiento de Cristo.
Se ha determinado que el 25 de diciembre no se produjo el verdadero nacimiento si no que este día se tomó por convención a mediados del siglo VI para sustituir las antiguas celebraciones romanas del solsticio de invierno. Por último también existen errores en el calculo del año de nacimiento de Cristo que quizás se produjo cuatro a siete años antes.
La tierra no tiene una velocidad constante de rotación y su velocidad ha ido disminuyendo a través del tiempo, de esta manera se ha presentado un desfase en la coincidencia de las estaciones y el calendario, desfase, que no fue corregido completamente por las modificaciones en el calendario juliano.
Hacia el año 325 d.C. el equinoccio de primavera, en vez de coincidir con el 25 de marzo, lo hizo con el 21 de ese mismo mes.
En el primer concilio de Nicea (325 d.C.) no se corrigió el error y se consideró que los cálculos de Sosígenes estaban errados al calcular el equinoccio de primavera y entonces este se trasladó al 21 de marzo.
El error se siguió produciendo y, como la duración real de un año es de 365´242199 días (con cinco cifras decimales significativas) en vez de los 365,25 días que determinaba el calendario juliano, cada año se desplazaban las fechas de los equinoccios 0,007801 días (es decir 14´0064 segundos).
Esto al principio fue evidentemente imperceptible pero ya en 1545 se podía observar que el equinoccio de primavera tenía lugar el 11 de marzo en vez de el 21 de marzo como se había fijado en el concilio de Nicea.
El Papa Pablo III (1534-1549) planteó este asunto en el Concilio de Trento (1545-1549, 1551-1552, 1562-1563), que comenzó en diciembre de ese mismo año, y se iniciaron, a raíz de éste y de sus sucesores Julio III (1550-1555) y Pio IV (1559-1665), estudios para poder solucionar el problema.
Los Papas San Pío V (1566-1572) y Gregorio XIII (1502-1585) siguieron las indicaciones del Concilio de Trento y llamaron a muchos matemáticos de la época para que analizasen y aportasen soluciones.

El Papa Gregorio XIII (1502- 1585) Christoforus Clavius (1538-1612)
Por un lado había que modificar la fecha del equinoccio y volverla a situar el 21 de marzo; por otra parte había que corregir el error que se estaba cometiendo para que nunca más se volviera a modificar el calendario.
Entre los muchos matemáticos que influyeron en el cambio de calendario hay que citar a los alemanes Johann Regiomontano (1436-1476) y Christoforus Clavius (1538-1612). Este último fue un profesor jesuita de matemáticas, amigo de Kepler (1571-1630) y llamado por muchos “el Euclides del siglo XVI” quien propuso la solución adoptada finalmente.
La solución no gustó a todo el mundo y el matemático Francisco Viête (1540-1603) llegó a decir que los cálculos estaban equivocados.

La solución de Clavius llevada a cabo fue la siguiente:
- Se suprimieron los diez días del desfase entre las fechas y el equinoccio de primavera eligiéndose el 5 de octubre del año 1582 que pasaría a ser el 15 de octubre. Como anécdota hay que citar que Sta. Teresa de Jesús murió el 4 de octubre de 1582 y se la enterró al día siguiente: el 15 de octubre de 1582.
- Se instituyó que, como cada 400 años el desfase era de 0´007801 x 400 =3´12 días, habría que suprimir tres años bisiestos de cada período de 400 años. La nueva regla sería: de los cuatro años múltiplos de 100 de cada periodo de 400 años, sólo sería bisiesto el último de ellos. Es decir, serían bisiestos el 1600, 2000, 2400, etc. y no lo serían el 1700, 1800, 1900, 2100, etc.

Por tanto, Gregorio XIII, cuyo pontificado duró desde 1572 a 1585, implantó el nuevo calendario en 1582 llamándose desde entonces, y en su honor, calendario gregoriano.
Las naciones católicas lo implantaron de inmediato pero hubo otras naciones que no fueron tan rápidas: Los británicos lo hicieron en 1752, añadiendo 11 días a su calendario y colocando como principio de año el 1 de enero y no el 25 de marzo como ellos tenían.
Con la lectura de esta página se termina la clase del profesor D. Miguel Requena y cierra D. Hermenegildo Rausell recordándonos ciertas explicaciones dadas y su relación con el tema dado.

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